(y que más necesitamos para poder llevarla a cabo).
Contamos brevemente como arranca un proyecto.
El pensamiento más fugaz obedece a un dibujo invisible y puede coronar, o inaugurar, una forma secreta.
Jorge Luis Borges. El Inmortal.
El cliente se sienta frente a nosotros y dispara su idea, su necesidad, sus sensaciones. Describe un escenario, enumera algunas dificultades y soluciones que se le ocurren.
Escuchamos, preguntamos bastante. Le parece que siempre preguntamos las mismas cosas, con distintas palabras. Tal vez cree que preguntamos demasiado y es porque buscamos definir, entre otras cosas, quien recibirá nuestro mensaje.
Juntos, nos damos cuenta que necesitamos conocer mejor nuestro público / usuario / cliente.
Dado que esta situación es bastante frecuente, el primer paso será definirlo a través de la creación de ”personas”.
Se trata de un ejercicio que puede llevar 3 horas (dos reuniones) y logra poner en la mira al receptor de nuestros mensajes. Si existe un compromiso del cliente (su equipo) para hacer los ejercicios a conciencia, los resultados son muy buenos.
Al finalizar esta etapa, el pensamiento fugaz empieza a tener ciertas características y podremos delinear los primeros bocetos.
Cuándo es conveniente realizar ejercicios con “Personas”
Antes de lanzar una campaña de comunicación, al plantear una estrategia, al imaginar un nuevo servicio, al crear una marca. Cada vez que necesitemos conocer más a nuestro público.
Beneficios adicionales
Más allá de conocer al usuario, surgen de este ejercicio beneficios para nuestro cliente, al punto que muchos nos comentan haberlo utilizado en otras áreas de su empresa luego de esta experiencia.
Al trabajar en conjunto con los equipos del cliente, logramos un mayor entendimiento de su realidad y conocemos los por qué detrás de sus pedidos. Nos permite proponer soluciones que impactan en el presupuesto. Puede pasar que haya herramientas más eficientes para cierta comunicación, una web es diferente de una landing page, por ejemplo. La inversión se podría optimizar.
También se aclaran posiciones dentro de los equipos de trabajo logrando un mayor grado de empatía entre todas las partes (ventas, marketing, jefe de producto, estudio de diseño).
Por último, lo más valioso de este proceso es que todos tenemos la misma información y objetivos claros de comunicación. Podemos preguntarnos una y otra vez si nuestro diseño responde a estos objetivos para no alejarnos de ellos.
Al estar involucradas todas las partes, nos evita interminables explicaciones y justificaciones eliminando los “me parece”.
Al finalizar el ejercicio estaremos comunicando para un perfil definido, mas convencidos de la mejor manera de hablarle a estas personas, sabiendo mejor lo que hacemos y con mayor probabilidad de éxito.
Nuestro proyecto comienza a tener forma.